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El SPI (o Síndrome de Piernas Inquietas) es un trastorno que afecta de forma severa a un 3% de la población y de forma leve hasta un 10% más, indistintamente de si es hombre o mujer, y a cualquier edad, aunque es más frecuente a partir de los 40.

Se trata de una sensación de desasosiego u hormigueo en las extremidades, especialmente en las piernas, que remite o cesa en movimiento, por lo que es especialmente molesto a la hora de intentar conciliar el sueño o si permanecemos muchas horas sentados, por ejemplo en el trabajo.

Parece ser hereditario, y está asociado a varios factores de carácter nervioso y circulatorio, en especial a un déficit de dopamina, pero en cualquier caso es necesario que un profesional de la salud identifique las causas antes de intentar poner remedio. Estas pueden ser varias: Estrés o fatiga, anemia, insuficiencia renal, polineuropatía, embarazo, fármacos... 

Una vez diagnosticado e identificada la posible causa, ya sea esta dolencia crónica o pasajera, podemos poner también de nuestra parte para que sea más llevadera.

Hidromasaje para combatir el síndrome de piernas inquietasUno de los remedios que mejor funcionan son los masajes (las friegas) y los baños (fríos y cálidos), en especial los baños de hidromasaje.

El hidromasaje al activar la circulación ayuda a oxigenar nuestros músculos y a relajarlos, lo que supondrá un alivio casi total e inmediato para esta incómoda sensación.

Además es aconsejable no romper la rutina del sueño, evitar ciertos tóxicos como alcohol, tabaco o café, que empeoran los síntomas, y, por supuesto, hacer algo de ejercicio.

Si padeces este síndrome, y en especial de forma crónica, sería muy aconsejable que adquieras una bañera de hidromasaje. Un baño de 20 minutos al día te ayudará a conciliar mejor el sueño, reduciendo o eliminando esa desazón que provoca el SPI y que puede desembocar en trastornos muy serios del sueño.

Consulta con nosotros, ya que además de una bañera de hidromasaje de una o más plazas, podemos ofrecerte kits para terapias alternativas como la aromaterapia, la cromoterapia o los baños con oxígeno enriquecido, que te ayudarán a encontrar el equilibrio físico y psíquico.